Empoderando la sociedad civil para conservar el agua, la seguridad alimentaria y la resiliencia ante el cambio climático en el Pantanal-Chaco
Tras 4 años de trabajo duro y coordinado entre las diversas organizaciones que conformaron el consorcio PaCha, en noviembre del año pasado se ha concluido con este proyecto que nos ha dejado importantes lecciones y, sobre todo, procesos iniciados a lo largo del territorio que deben tener continuidad en base al trabajo realizado.
El Pantanal y el Chaco son ecorregiones en el corazón de Sudamérica que proporcionan servicios ecosistémicos de importancia clave a nivel local y global, como la seguridad alimentaria, la disponibilidad de agua y la resiliencia climática. La disponibilidad de los Bienes Públicos Internacionales (BPI) como el agua, el aire, la tierra fértil, la captura de CO2 por la vegetación o la resiliencia climática esencial para la salud de las sociedades locales.
Con una extensión que abarca unos 100 millones de Km2 compartidos entre Argentina, Bolivia y Paraguay, el Gran Chaco Americano es la segunda área forestal más grande de América del Sur y el bosque mejor conservado del continente. El paisaje chaqueño es conformado por un mosaico de hábitats que varían desde sabanas, cerrados y abayoi, hasta abarcar bosques ribereños y bosques secos; por otro lado, El Pantanal es el humedal más grande del mundo con más de 4700 especies de vertebrados, incluyendo jaguares, aves endémicas y en peligro de extinción y una flora que hasta hoy nos sorprende con nuevas especies.
Esta exuberante biodiversidad está en serio peligro de extinción por la conversión del paisaje. La deforestación para la ganadería y la agroindustria genera tasas de deforestación vertiginosas con el Chaco, mientras que los incendios forestales arrasan con millones de hectáreas en ambas ecorregiones. La destrucción de estos ecosistemas es acelerada por el cambio climático y la creciente demanda de tierras agrícolas también pone en peligro la soberanía de los pueblos originarios sobre sus territorios, lo que directamente afecta a la seguridad alimentaria basada en la agricultura familiar de subsistencia.
Ante esta situación, desde el consorcio de PaCha se ha visto que una posible solución para frenar la destrucción de los ecosistemas por actividades productivas insostenibles, es empoderar a la sociedad civil. Mediante la incidencia sobre la opinión pública y empoderando a la sociedad civil, se dio un paso importante para garantizar un desarrollo social y económico sustentable en la región; de esta manera, se han trabajado a lo largo de estos años sobre diversas áreas temáticas:
Gestión territorial sustentable
El modelo de gobernanza ambiental participativa impulsada por la Iniciativa PaCha, fue un mecanismo clave para el ordenamiento y gestión sustentable del territorio. Los socios PaCha, junto a organizaciones de la sociedad civil, autoridades municipales y organizaciones científicas, han generado las primeras experiencias transfronterizas de ordenamiento territorial para la gestión ambiental en el Chaco y el Pantanal Boliviano y Paraguay.
El plan de ordenamiento territorial aprobado en el municipio paraguayo de Bahía Negra, o la Ley Municipal de Ordenamiento Territorial lograda en Roboré, Bolivia, junto con la elaboración de un Plan Municipal de Adaptación al Cambio Climático, permitieron hacer un uso óptimo de los recursos del territorio y asegurar, a la vez, la disponibilidad de los servicios ecosistémicos. Herramientas de gestión territorial como la Evaluación Ecorregional del Gran Chaco o el Centro de Monitoreo Ambiental, generaron información esencial para la toma de decisiones en la gestión ambiental.
Conectividad entre áreas protegidas
Preservando la diversidad biológica, se asegura la salud de aquellos ecosistemas que sostienen el bienestar humano y las actividades productivas en la región. PaCha jugó un rol central también en el asesoramiento del Gobierno Autónomo Originario Campesino de Charagua en Bolivia y al pueblo Yshir en Paraguay, con el objetivo de preservar la funcionalidad ecológica de sus territorios. Como fruto de esta gestión se ha logrado crear 5 nuevas áreas protegidas de carácter subnacional, siendo justamente el Ñembi Guasu la primer área protegida creada en el marco de una autonomía indígena, la de Charagua Iyambae.
Con estas acciones, se ha logrado la conectividad mediante corredores biológicos entre más de 7 millones de km2 de superficie bajo protección en ambos lados de la frontera. Estas áreas protegidas transfronterizas conectadas, también constituyen los territorios ancestrales de los últimos grupos del pueblo ayoreo en aislamiento voluntario y las unidades de conservación transfronterizas albergan también a las últimas poblaciones del guanaco chaqueño. Todos estos logros fueron tratados en el marco del 1º Congreso de Áreas Protegidas del Gran Chaco Americano, organizado en septiembre de 2019, en el marco de esta iniciativa.
En este mismo orden de conservación de grandes áreas y conectividad transfronteriza, también se ha propuesto el Gran Paisaje de Conservación Bi-nacional Kaa Iya (Bol) – Defensores (Py), un gran espacio entre Bolivia y Paraguay que supondría la preservación de más de 20 millones de hectáreas con multiplicidad de ecosistemas boscosos, pastizales y humedales. Esto con el fin de darle continuidad al proceso de conservación y conectividad iniciadas con este proyecto.
Mejores prácticas productivas
La expansión de la frontera agrícola y la actividad pecuaria no sustentable, constituyen la mayor amenaza para los ecosistemas del Chaco y el Pantanal; mediante la promoción de paquetes de Mejores Prácticas Productivas, la iniciativa Pantanal Chaco ofreció alternativas para generar modelos ecológicamente sustentables, económicamente viables y socialmente justos.
Resiliencia al cambio climático
Tanto la gestión territorial, como la gobernanza ambiental, la funcionalidad y conectividad de los ecosistemas o la producción sustentable son condicionados por los efectos del cambio climático. Por lo tanto, fortalecer las capacidades de las comunidades de afrontar exitosamente los efectos del cambio climático constituyó un eje trasversal de la iniciativa Pantanal-Chaco. Los planes de Adaptación y mitigación al cambio climático generados en Roboré, Charagua y Villa Montes; el establecimiento de la Reserva de Agua Irenda; la implementación de Acuerdos Recíprocos por Agua, etc., son acciones clave para mejorar la resiliencia climática de las comunidades de la región y asegurar la disponibilidad del agua.
Prevención y monitoreo de incendios
De igual manera, a raíz de los incendios acaecidos en 2019, se vio necesario implementar también un eje en prevención y monitoreo de incendios donde se desarrollaron diversas acciones:
El bienestar de las sociedades a nivel local, regional y global, dependen del bienestar de los ecosistemas del Chaco-Pantanal. Desde el 2016 hasta el 2020, las siete organizaciones integrantes de esta iniciativa y las organizaciones asociadas al consorcio, pusieron los cimientos de las primeras estructuras funcionales y representativas de gobernanza ambiental participativa para asegurar el desarrollo sustentable y la disponibilidad de los Bienes Públicos Internacionales de la región.