Antes esperabamos la epoca seca con gusto, sabiendo de sus colores de pastel y la facilidad de avistar fauna en búsqueda del agua, concentrándose en ciertos sitios. Hoy en día hasta el nombre de la epoca cambió, ya que mucha gente se refiere a los meses desde julio a octubre como época de incendios, y nuestra fauna nativa se ve huyendo de las quemas, con pérdidas substanciales en muchas especies.
Los bosques secos generalmente tienen una cierta resiliencia al fuego, pero en estos años, la frecuencia y la intensidad en que ocurren los incendios van más allá de lo aguantable, tanto para nuestros bosques como para otros ecosistemas asociados a ellos. Nuestros datos se restringen en estos años a los números de hectáreas quemadas, y poco sabemos de cuanta fauna silvestre muere en las llamas cada año. Los nuevos números parecen secos, casi estériles, y si bien se pueden comparar con las superficies de departamentos del país o con otros países enteros, no muestran el sufrimiento de los habitantes en ellos.
Pero cuando uno entra al monte después de un incendio, no solamente ve la destrucción física, también se encuentra con un olor a muerte, y en algún momento con animales muertos calcinados, los vestigios de los fuegos, o con individuos moribundos que lograron escapar del fuego, pero ahora mueren por sed o hambre. Estas observaciones son mucho más fuertes, porque logramos sentir el impacto en nuestro dolor propio, causando hasta un estrés pos traumático en la gente que está en ello.
Foto: Steffen Reichle
Es difícil poner números a la fauna que muere en cada incendio, pero en total son millones de animales. Parte de nuestro deber es aprender más sobre las densidades naturales de nuestra fauna, sus necesidades ecológicas y entender mejor qué tipo de manejo podría ayudar a salvar parte de ellos en el futuro. Las necesidades son amplias, desde la prevención del fuego, hasta el manejo de recursos básicos como el agua y la comida para la fauna silvestre, las cuales hoy en día están en nuestra cancha. La lucha para salvar nuestra fauna nativa es en diferentes ámbitos: en lo político, insistir en una legislación amigable con el medio ambiente y garantizar su aplicación; en lo social, crear opciones de trabajos con menos impacto sobre nuestra naturaleza, y en lo científico lograr entender mucho más a fondo el funcionamiento de nuestros bosques y el rol de sus habitantes.
Foto: Steffen Reichle
Para los próximos años tenemos que aprender de los pocos ejemplos positivos que cada año también existen. Por ejemplo, las respuestas rápidas por grupos de bomberos voluntarios que, por lo menos en el Municipio de Roboré, nos muestran ya por varios años que se puede lograr una respuesta coherente y rápida a fuegos provocados por el hombre. Al igual que las quemas prescritas, que se aplican antes de la epoca seca, las cuales logran bajar la cantidad de combustible vegetal en zonas críticas, delimitando posibles incendios, dentro de ciertos rangos. Estos ejemplos y otros que ya existen, son los que debemos llevar a escala, si queremos mejorar la situación.
Nuestra sociedad tiene que entender además que los efectos de los incendios llegan mucho más allá del humo que se respira en las ciudades; también incluye la afectación de la base de producción de los pueblos indígenas y campesinos, quienes con los incendios pierden sus cultivos, manejos de bosques y su subsistencia que está basada en una naturaleza y medio ambiente funcional.
Si queremos que las futuras generaciones puedan ver una anta, un tigre o una paraba azul, debemos empezar a implementar una pausa ambiental sobre las áreas quemadas y dejar que se recuperen de forma natural por el tiempo que sea necesario. Bajo ninguna manera debemos permitir su avasallamiento o venta a cualquier grupo, ya que eso fomentará más incendios en los próximos años.
Sin aprender de lo catastrófico que es este año, sin mejorar nuestro manejo y protección de nuestras áreas naturales, es muy probable que en el futuro solo quedaran las fotos en los libros y las redes sociales de lo más importante que tiene Bolivia, su diversidad.
En el siguiente link dejamos algunas imágenes sobre el sufrimiento de la fauna con estos incendios, se sugiere discreción ya que son imágenes que pueden herir la sensibilidad pero que son importantes para reflejar y crear conciencia de la magnitud del desastre que estos incendios están dejando en los seres que habitan los territorios afectados: https://drive.google.com/drive/folders/1uDa0dZqtIORXDork-z3XZQ_DEeWteaed?usp=sharing
Escrito por: Steffen Reichle
Créditos de las fotos: Steffen Reichle.
Foto del perezoso sacada de las redes, créditos a quien corresponda.