Hoy en día hablar de restauración requiere mucho tecnicismo y se especula bastante cuando se refieren a ese tema. Algunas personas creen que restaurar tiene el mismo significado que reforestar, pero se diferencian en que la reforestación es cubrir un área con especies de árboles, en cambio, la restauración es recuperar el ecosistema completo, contemplando la vegetación, fauna, suelo y agua, entre otros componentes; también es complicado hablar de restauración porque existen muchas maneras de tratar de lograrlo, sabiendo que es imposible recuperar un ecosistema que fue degradado y llevarlo a su grado primario, por ello se estudiaron diferentes métodos de restauración que alcanzan un gran porcentaje de éxito, pero que tienen varias dificultades desde su planificación hasta su ejecución, una de las principales es el tema económico y logístico, sumado a la poca información que se tiene de algunas zonas que fueron afectadas por algún agente externo, lo que hace que difícilmente se pueda llevar con éxito la restauración.
Para ello se viene trabajando desde marzo del presente año en una parcela experimental de restauración en la laguna Sucuará, área protegida municipal ubicada en el municipio de Roboré que viene siendo afectada consecutivamente desde hace varios años por incendios forestales en sus bosques de galería, quitándole el amortiguador ecológico natural de todos los agentes contaminantes externos que se escurren hacia esta fuente de agua, los cuales provienen de la agricultura, ganadería y comunidades humanas que rodean el área.
El motivo de este trabajo experimental es poder conocer el costo monetario y la inversión temporal que costaría restaurar áreas afectadas por los incendios forestales dentro del ACIE Ñembi Guasu, para ello, en el mes de marzo se trabajó sobre un área de 8200 m2, la cual fue limpiada con maquinaria para quitar los troncos muertos y plantas pioneras que hacían que se complique la transitabilidad para las mediciones y plantación; también se realizó el posteado y cerramiento perimetral con alambre de púas para evitar el ingreso del ganado vacuno y personas que frecuentan el área para pescar, se realizó la plantación de 268 plantines de especies nativas, las cuales fueron monitoreadas una vez por semana hasta la fecha de presentación de este documento y cuyo porcentaje de sobrevivencia a pesar de todos los cuidados fue de 85.5 %. Los resultados monetarios obtenidos son los siguientes:
El costo monetario invertido en 36 semanas de monitoreo desde la plantación es de 16048.2 bs. Teniendo en cuenta que la parcela se encuentra a 6 kilómetros de la ciudad de Roboré.
Tomando en cuenta los datos anteriores como referencia, para calcular el costo monetario de restauración en una parcela que se encuentra a 35 km del municipio de Roboré en un área que fue afectada por los incendios forestales dentro del ACIE Ñembi Guasu, se tiene que:
Lo que hace un total de 13.172,76 bs. de gastos en la instalación de la parcela de restauración. En cuanto al monitoreo, de acuerdo al gasto por movimiento dando 4 semanas por mes, el costo de monitoreo mensual nos da un total de 1.869,28 bs.
Hay que tener en cuenta que en un lugar que está próximo a una fuente de agua permanente, se tuvo un porcentaje de supervivencia del 85.5 %, por lo que hay que contemplar que las áreas afectadas por los incendios en el ACIE Ñembi Guasu tienen un clima árido y xerico, y esto hace que los plantines puedan sufrir un duro proceso de adaptación y, sumado a la competencia natural por nutrientes con otras especies vegetales pioneras que también se desarrollarían en el área, se podría tener un porcentaje menor al de la parcela experimental de Sucuará. Esto hace suponer que se tienen que combinar métodos de restauración o realizar estudios de este tipo en los sitios afectados para poder tener datos reales de los costos y la eficacia de la restauración de los ecosistemas degradados por los incendios en el ACIE Ñembi Guasu.
Jorge Sea – NATIVA