Durante los últimos años, los incendios forestales en toda la región de América del Sur y en Bolivia se han ido incrementado. La combinación de los efectos negativos del cambio climático (acompañado de los fenómenos del niño y la niña) juntamente con una intensificación de actividades antropogénicas se explican como algunas de las razones para que se produzca esta situación.
Suecia en el año 2021 comenzó un nuevo ciclo de su estrategia de cooperación que concluye este 2025. En la misma, dentro del área de “Medio ambiente, clima y uso sostenible de los recursos naturales” se incluyeron dos áreas centrales de trabajo: i) La Limitación del impacto climatológico y promoción de la lucha contra el cambio climático y ii) El afianzamiento de las condiciones para una gestión y uso sostenibles de los recursos naturales, incluida la preservación de los ecosistemas y la biodiversidad.
Si bien, la embajada de Suecia había trabajado previamente en contrarrestar los efectos negativos del cambio climático y la gestión de recursos naturales -particularmente en la gestión integral de recursos hídricos y la gestión forestal maderable- el trabajo en lo que refería a la preservación de ecosistemas y conservación de la biodiversidad era relativamente más nuevo.
El nuevo ciclo de intervención coincidió lamentablemente con una intensificación de los fuegos en las regiones de la Chiquitanía, Chaco y Pantanal, y ya se empezaba a vislumbrar las amenazas que se venían en la Amazonia. Con todo ese marco adverso, se empezó a construir un portafolio integral con énfasis en apoyar a la conservación de los ecosistemas que comenzó justamente con un trabajo de prevención y respuesta en incendios.
En ese sentido, en agosto de 2021 se firmó un primer acuerdo con la fundación Naturaleza Tierra y Vida “Nativa” para apoyar el proyecto Gestión Integral de Fuegos. El mismo tenía entre sus objetivos reducir los impactos negativos de los incendios forestales que se presentan año tras año en la región del Gran Paisaje (Chaco Tarijeño, Chiquitania y Pantanal), reduciendo su efecto negativo sobre la biodiversidad y la sociedad a través de la promoción del manejo comunitario del fuego como estrategia de adaptación al cambio climático.
De la misma manera, a finales de 2021 se comenzó con el apoyo integral a la implementación del Plan Estratégico Institucional (PEI 2021-2026) de la Fundación Amigos de la Naturaleza “FAN”. Dentro del mismo se incluían acciones orientadas a fortalecer el manejo comunitario de fuego, apoyando a su vez cadenas de valor en sitios clave de la Amazonía, Chiquitania, Chaco y Pantanal. La meta final era la de de contribuir a garantizar la protección y conservación de funciones, servicios y beneficios de los ecosistemas bolivianos y que también forman parte de los medios de vida de las poblaciones locales, principalmente indígenas
En la gestión 2022, con FAO se inició el proyecto denominado “Bosques Sostenibles”, que dentro de sus componentes de trabajo, también incluía un trabajo de apoyo en la gestión integral de incendios, particularmente apoyando al Ministerio de Medio Ambiente y Agua y municipios del Norte de la Paz, Pando y Chiquitania. Durante la gestión 2022 y 2023 a través de este proyecto se apoyó las “Estrategias de Prevención Control y Combate a los Incendios Forestales y Post Evento 2023” del Ministerio, y el diseño y elaboración de planes municipales de contingencia para incendios y sequías, el fortalecimiento en la aplicación de la normativa de gestión de riesgos, capacitación en el manejo e interpretación del Sistema de Información y Monitoreo de Bosques (SIMB) y planificación comunitaria como sistemas de alerta temprana y prevención de incendios.
En junio 2023, con la Unión Europea se firmó el primer acuerdo de cooperación delegada conjunta al sector de medio ambiente para la sociedad civil, siendo este también el primero en América Latina. Dicho acuerdo no estaba orientado a un programa específico, sino más bien, hacia intervenciones integrales en diversas temáticas. La iniciativa tiene como base trabajar bajo un enfoque de paisaje. Lo que se busca es integrar la protección del bosque con la producción sostenible y la restauración de áreas degradadas teniendo cuatro componentes clave: i) Conservación y Preservación de Ecosistemas, ii) Promoción de Modelos Productivos Sostenibles, iii) Fortalecimiento de la Gobernanza Ambiental, y iv) Empoderamiento económico de las mujeres.
Este apoyo conjunto permitió reforzar aún más el trabajo que se tenía en gestión integral de fuegos, integrando y/o profundizando el trabajo en nuevas áreas de intervención (como ejemplo podemos citar el nuevo proyecto Tekove iniciado con Nativa a finales de 2023) y nuevos socios, como es el caso de Fautapo en Pando con el proyecto “Ni un Árbol Menos” el cual ha implementado igualmente, algunas acciones iniciales de fortalecimiento en esta temática. Los resultados alcanzados hasta la fecha nos muestran que en las áreas en las que hemos trabajado de forma integral el manejo del fuego, la capacidad de respuesta ha sido mayor, disminuyendo los impactos en el medio ambiente.
Desafortunadamente, la intensificación de la deforestación y recurrencia de incendios continúan aumentando en el país, incrementando aún más el riesgo de la funcionalidad y representatividad ecosistémica en paisajes de alta importancia como son: la Amazonía, Chiquitania, Pantanal y Chaco, siendo un caso extremo este 2024.
Por ello, debe ser una tarea de todos reforzar el trabajo del ciclo Prevención-Preparación-Respuesta-Restauración. La experiencia con los distintos socios nos ha permitido ratificar que la generación de conocimiento es una herramienta poderosa para enfrentar los desafíos que tenemos como país, si conocemos los problemas podremos plantear soluciones para enfrentarlos. Necesitamos continuar generando información técnica sólida sobre las presiones socioambientales, la funcionalidad ecológica y los beneficios de los ecosistemas para una gestión efectiva de los bosques y la biodiversidad asegurando la conectividad entre paisajes.
Asimismo, la gestión integral de los incendios forestales requiere esfuerzos conjuntos y coordinados entre los niveles de gobierno, sectores de la sociedad civil y comunidades locales. Si bien, ya se han dado pasos iniciales y hemos aportado con nuestro granito de arena para articular la participación y colaboración entre distintos actores, desde la escala comunitaria hasta la regional y nacional; y las comunidades locales están asumiendo un rol activo y responsable en el manejo del fuego, aún se requiere de acompañamiento y asistencia técnica para consolidar las buenas prácticas, principalmente aquellas que tiene que ver con el uso y acceso a tecnologías de información y comunicación. Al mismo tiempo se requiere reforzar la hoja de ruta para una gestión integral de incendios más eficiente a escala nacional.
Igualmente, es fundamental continuar promoviendo la adopción de alternativas productivas sostenibles que generen menor huella ecológica y mejoren los medios de vida de poblaciones indígenas, campesinas. Se debe continuar fortaleciendo el aprovechamiento de productos forestales no maderables con buenas prácticas de recolección y la restauración de áreas degradadas bajo el modelo bosque productivo, con el fortalecimiento de cadenas de valor en sitios clave de la Amazonía, Chiquitania, Chaco y Pantanal. La meta final es la de contribuir y garantizar la protección y conservación de funciones, servicios y beneficios de los ecosistemas bolivianos y que también forman parte de los medios de vida de las poblaciones locales, principalmente indígenas.
Este es uno de los retos que nos hemos planteado en la iniciativa conjunta Suecia-UE, y que esperamos con el apoyo de todos podamos hacer la diferencia.
Escrito por: Guido Meruvia