Cuando se habla de economías sustantivas en pueblos campesinos e indígenas desde la antropología económica se apuesta por privilegiar al significado real de lo económico, que metodológicamente se traduce en considerar las formas de integración, reciprocidad, redistribución e intercambio, esto último referido a la relación entre el medio ambiente natural y social, en la medida en que este intercambio tiene como resultado proporcionar medios necesarios para la satisfacción material (Polanyi, 1944)[1]. Esto quiere decir, no concebir a la economía como algo aislado de lo social, sino, tomar en cuenta la cultura de los pueblos y sus diferentes dinámicas y utilizar categorías de análisis no formales de la economía del mundo occidental/formal.
Se debe entender que las economías sustantivas están mediadas por las estructuras y relaciones de parentesco, esto permite que las relaciones de reciprocidad se generen entre parientes o entre familias del pueblo/comunidad, mediante el intercambio de productos, ayuda en el trabajo para obtener su sustento en distintas actividades, que después es retribuido con trabajo, regalos o productos. Estos son mecanismos que están articulados en el tejido social de este tipo de economías y permiten que los pobladores/comunarios fortalezcan sus relaciones y contribuyan al mantenimiento de las economías familiares, estas prácticas devienen en nuestro país de dinámicas culturales ancestrales como la minka y el ayni.
En Bolivia, las economías sustantivas son una parte fundamental de la vida de las comunidades indígenas y campesinas que representan la mayoría de la población. Están estrechamente relacionadas con la cultura y las tradiciones de estas comunidades, y han sido transmitidas de generación en generación durante siglos.
En Bolivia son sistemas económicos que se basan en el uso sostenible de los recursos naturales y en la interacción entre la naturaleza, la cultura y la sociedad. Se adaptan a las condiciones locales y a las necesidades de las personas, y no están basadas en la producción y el consumo a gran escala, dejando de lado las lógicas de ganancia.
La importancia de entenderlas radica en que representan una forma de vida significativa y enriquecedora para las comunidades indígenas y campesinas. Además, son respetuosas con el medio ambiente y promueven la diversidad y la autonomía.
En la actualidad en nuestro país las economías sustantivas están amenazadas por los sistemas económicos dominantes que buscan imponer sus propios modelos de producción y consumo. Las políticas económicas y los modelos de desarrollo modernos a menudo ignoran las dinámicas, formas y lógicas de las economías sustantivas y buscan imponer sus propios modelos de producción y consumo, lo que ha llevado a la degradación del medio ambiente y a la marginación de las comunidades indígenas y campesinas.
Por lo cual, es esencial que se comprendan y se valoren las economías sustantivas en Bolivia. Se deben implementar políticas públicas que promuevan y las apoyen, y se deben fomentar iniciativas que permitan a las comunidades indígenas y campesinas seguir practicando estas formas de vida de manera sostenible.
Además, es de suma importancia que las organizaciones no gubernamentales (ONG) y los proyectos de desarrollo comprendan estas lógicas económicas, ya que éstas representan una forma de vida y de organización social que es diferente a los sistemas económicos dominantes, como se dijo anteriormente. Comprender estas economías permite a las organizaciones y proyectos de desarrollo trabajar de manera más efectiva con las comunidades locales y promover un desarrollo sostenible.
Las economías sustantivas se basan en la interacción entre la naturaleza, la cultura y la sociedad, y están estrechamente relacionadas con la identidad cultural y la historia de las comunidades locales. Por lo tanto, comprenderlas significa vislumbrar la complejidad y la riqueza de la cultura local, y puede ayudar a las organizaciones y proyectos a trabajar de manera más efectiva con las comunidades locales.
Las organizaciones y proyectos de desarrollo que comprenden estas economías pueden trabajar con las comunidades locales para desarrollar soluciones que promuevan la conservación del medio ambiente y el uso sostenible de los recursos naturales.
Sin embargo, algunas veces las políticas y los proyectos de desarrollo promueven modelos económicos que están en conflicto con las economías sustantivas. Por lo que es importante se genere un compromiso basado en el respeto y por ende se valore este tipo de economías para el desarrollo de soluciones compatibles con los pueblos indígenas campesinos teniendo en cuenta su entorno, su cultura y su historia.
Constanz Baudoin – NATIVA
[1] Polanyi, K. [1944] (2003) “La Gran Transformación”. Fondo de Cultura Económica, México.