DESPUÉS DE LOS INCENDIOS: LECCIONES PARA UNA RECUPERACIÓN EFECTIVA
Después del desastre o incluso antes que se liquide la última llama de fuego, empiezan a tomar fuerza diferentes iniciativas de reforestación, recuperación, repoblamiento, restauración, etc., todas con la mejor intención de restaurar el capital natural, social y económico de las zonas afectadas por los incendios. Sin embargo, es fundamental analizar las lecciones aprendidas del desastre del 2019, particularmente sobre los procedimientos y resultados alcanzados en la “recuperación de la Chiquitanía”, para no repetir lo que no salió bien.
En primer lugar, debemos entender que hay una diferencia entre reforestación y restauración: la reforestación relacionada con la silvicultura está enfocada sobre todo en la productividad del bosque; mientras que la restauración es un conjunto de acciones ligadas a la ecología, que busca regresar un ecosistema dañado a un estado cercano a como era antes de haber sufrido el daño. Por otro lado, el concepto de Resilvestración[1] (Rewilding), es un concepto que sobre todo considera áreas centrales conectadas por corredores para permitir el movimiento de carnívoros[2] , y que considera al ecosistema como un todo que es ayudado a recuperarse y mantenerse con poco esfuerzo adicional. Los autores de Rewilding complex ecosystems, publicado por Science, en abril de 2019, destacan que se trata de liberar a los ecosistemas de la presión humana para que tiendan a autorregularse y funcionen de manera natural.
El proceso que se viene impulsando en la restauración del ACIE Ñembi Guasu, después de su afectación por incendios de 6ta generación en el año 2019, se constituye en una fuente de aprendizaje, en el marco del concepto Resilvestración, ya que Ñembi Guasu se constituye en un área núcleo que une el bloque PN Kaa Iya – PN ANMI Otuquis, donde el monitoreo de parcelas permanentes y monitoreo de fauna por más de 3 años demuestran el proceso de sucesión natural y la concurrencia de carnívoros, en particular de 8 individuos de jaguares (Pantera onca) e indicios de madres con cría , entre otras muchas especies, que encuentran en el área que está en proceso de restauración un ambiente de alimentación, reproducción, cría y tránsito.
La reducción de la presión humana sobre Ñembi Guasu para dar lugar a la restauración o resilvestración es una consecuencia de la gestión continua, bajo orientación estratégica, del área protegida. La presencia de personal en áreas claves, facilitada a traves de un Centro de operaciones (Ñembi Misi), campamento móvil y logística básica, además de las acciones jurídicas de defensa del territorio por parte de la Autonomía Indígena Charagua Iyambae, han sido fundamentales para lograr que la naturaleza haga su trabajo en la restauración.
El trabajo coordinado con autoridades de las entidades territoriales vecinas en Santa Cruz y en Paraguay, tanto municipales como comunales y de áreas protegidas, bajo un enfoque ecosistémico de gestión integral del paisaje (Gran Paisaje Chaco-Pantanal), han favorecido la obtención de resultados para la recuperación de los ecosistemas de Ñembi Guasu, como así también la coordinación favorece la atención oportuna de los incendios.
Entonces, más allá de solo iniciar un proceso de restauración en las áreas afectadas por los incendios, es fundamental generar espacios de aprendizaje, que permitan ser estratégicos, eficaces y eficientes al momento de decidir las inversiones financieras y técnicas. Aún falta mucho por hacer y aprender en Ñembi Guasu, no obstante, los avances nos permiten avizorar que la cicatriz generada el 2019 por los incendios será subsanada por efecto de las acciones de la naturaleza, en la medida que se avance en la reducción de las presiones sobre el área protegida.
Fuente: Maillard, O. Post-Fire Natural Regeneration Trends in Bolivia: 2001–2021. Fire 2023, 6, 18. https://doi.org/10.3390/fire6010018
En el análisis realizado por Oswaldo Maillard (https://doi.org/10.3390/fire6010018) se puede ver claramente que la cicatriz que se generó en Ñembi Guasu está en claro proceso de restauración hasta el 2021, no obstante, el hecho de que no se ha registrado incendios ni ningún tipo de disturbio en esta zona nuevamente, nos permite asegurar que el proceso ha continuado, gracias a los esfuerzos de la GAIOC Charagua Iyambae junto con NATIVA, para eliminar las amenazas sobre esta área protegida.
Escrito por: Pamela Rebolledo
[1] Perino, A., H.M. Pereira et al. “Rewilding complex ecosystems”, Science, abril de 2019. https://science.sciencemag.org/cgi/doi/10.1126/science.aav5570
[2] Karen E. DeMatteo et al. “Using niche-modelling and species-specific cost analyses to determine a multispecies corridor in a fragmented landscape” PLoS ONE agosto de 2017
