El turismo, como cualquier otra actividad antrópica, genera impactos en los distintos lugares donde se lleva a cabo, tanto por la transformación territorial, como por los efectos de la masificación temporal o exceso de visitantes. Sin embargo, existen estrategias de turismo sustentable o ecoturismo que han demostrado ser una opción viable para reducir impactos y brindar alternativas económicas sostenibles a las personas que ocupan los territorios donde se lleva a cabo esta actividad, sobre todo si se encuentran dentro de áreas con mucha biodiversidad o parques nacionales.
El ecoturismo comunitario es un mecanismo de defensa del medio ambiente y de los territorios donde habitan pueblos indígenas y campesinos; en los últimos años, dentro de la visión de desarrollo sostenible y conservación, se han venido desplegando diferentes experiencias de ecoturismo, siendo muchas de ellas ejemplos de progreso económico para las comunidades y sostenibilidad ambiental dentro de parques nacionales.
La definición conceptual de turismo sostenible desarrollada por el Comité De Desarrollo Sostenible Del Turismo de la OMT (2014), pone énfasis en el equilibrio entre los aspectos ambientales, sociales y económicos de la actividad turística, así como la necesidad de aplicar principios de sostenibilidad en todos los sectores del turismo a partir de 3 principios fundamentales:
– Dar un uso óptimo a los recursos ambientales, que son un elemento fundamental del desarrollo turístico, manteniendo los procesos ecológicos esenciales y ayudando a conservar los recursos naturales y la diversidad biológica.
– Respetar la autenticidad sociocultural de las comunidades anfitrionas, conservar sus activos culturales arquitectónicos y sus valores tradicionales, y contribuir al entendimiento y a la tolerancia intercultural.
– Asegurar unas actividades económicas viables a largo plazo, que reporten a todos los agentes unos beneficios socioeconómicos bien distribuidos, entre los que se cuenten oportunidades de empleo estable y de obtención de ingresos y servicios sociales para las comunidades anfitrionas, y que contribuyan a la reducción de la pobreza.
Ocupar el territorio bajo principios de sostenibilidad ambiental
El ecoturismo para las comunidades indígenas tiene una doble función: proteger su territorio y tener ingresos de subsistencia, ya que, en muchos casos, estas comunidades se encuentran dentro de parques nacionales.
Pero el mismo hecho de ocupar el territorio con actividades sustentables constituye también un medio de protegerlo de amenazas externas, tales como la explotación maderera, las actividades de extracción o la caza y pesca indiscriminadas. Para que el ecoturismo sea sostenible en el tiempo y contribuya a la conservación de las áreas protegidas tiene que ser liderado, o bien, repartir sus beneficios a las comunidades locales, que tradicionalmente han vivido de la extracción de los recursos naturales.
Comunidades indígenas y campesinas, micro empresarios locales, grupos de mujeres, etc., son las que prestan los servicios de transporte interno de turistas, brindan alojamiento y alimentación, generan artesanías, y son los que conocen mejor las áreas protegidas.
El turismo ecológico y el comunitario van de la mano, ya que esta actividad desarrollada en conjunto con las comunidades locales, puede traer beneficios económicos directos a sus pobladores, contribuir a la sostenibilidad financiera de las áreas protegidas y a un mejor reparto de los beneficios recreativos que generan estos ecosistemas.
El Chalalán: un ejemplo de ecoturismo exitoso y de defensa efectiva del territorio
Un ejemplo de proyecto de este tipo fue el Chalalán, un emprendimiento de ecoturismo comunitario, ganador de varios reconocimientos internacionales, como el Premio a la Calidad Internacional, Certificado de excelencia por Trip Advisory y el premio “THI BIZZ” en Hawai.
El caso del Chalalán es particularmente interesante por varios motivos: surge a la par de un proceso de titulación como TCO (Territorio Comunitario de Origen) del territorio donde el pueblo indígena de San José de Uchupiamonas ha gestionado y financiado dicha titulación con los ingresos generados por este emprendimiento; también se trata de una empresa comunitaria que ha generado impactos económicos, sociales y ambientales dentro del Parque Nacional Madidi, lo cual es reconocido tanto en Bolivia como en el exterior del país, puesto que además se trata de la primera empresa de ecoturismo indígena, manejada por una comunidad entera; el Eco-albergue Chalalán es el primer eco-negocio en el país donde una comunidad indígena es 100% propietaria, realizando actividades de conservación y desarrollo social.
Finalmente, el Chalalán es un ejemplo de éxito en relación a la forma en que un pueblo indígena aprovechó las legislaciones y las tendencias globales propias de los años noventa a su favor sacándole beneficio a la tendencia mundial del eco-turismo, y titulando su territorio para darle seguridad jurídica a éste y a su empresa. Fue así que la seguridad jurídica del territorio Uchupiamonas sin duda dio paso a que el Chalalán se consolide como la empresa que sirvió para convertir a una comunidad de muy escasos recursos, en una población económicamente próspera, con claros impactos sociales y ambientales.
Además, a raíz de este primer proyecto exitoso, se desarrollan 6 emprendimientos turísticos comunitarios más que operan dentro del parque Madidi bajo los mismos principios de conservación, contribuyendo a la ocupación sostenible de la TCO y al desarrollo económico de más familias Uchupiamonas.