Aunque la situación en Bolivia es gravísima podemos celebrar al menos una buena noticia: el ACIE Ñembi Guasu ha logrado mantenerse a salvo, demostrando que hay esperanza y resultados positivos en la lucha contra el fuego.
En medio de una de las peores temporadas de incendios que ha enfrentado Bolivia en años recientes, con más de 7 millones de hectáreas devastadas según cifras oficiales, se levanta esta historia de esperanza. Aunque regiones como San Matías, Bajo Paragua y el Parque Nacional Noel Kempff Mercado han sido gravemente afectadas, Ñembi Guasu, una de las áreas más golpeadas en 2019, ha logrado permanecer casi intacta, ofreciendo un ejemplo de lo que una respuesta coordinada y efectiva puede lograr.
Este logro no es casualidad. Detrás de la protección de Ñembi Guasu y del bloque de conservación que forma junto a los parques nacionales Kaa Iya y Otuquis con más de 6 millones de hectáreas, se encuentra un esfuerzo monumental que involucra la colaboración interinstitucional y comunitaria, donde guardaparques, bomberos voluntarios, técnicos, comunidades, autoridades locales y nacionales han trabajado incansablemente por más de 4 meses, implementando acciones estratégicas producto de los procesos de capacitación y desarrollo de herramientas para la gestión del riesgo, resultando en respuestas rápidas y efectivas ante las constantes amenazas de fuegos.
El conocimiento profundo del territorio, aplicado por quienes lo protegen y viven en él, ha sido clave para una respuesta rápida antes de que los incendios se complejicen y se propaguen a zonas aún más inflamables. Además, la articulación y coordinación entre instancias públicas, privadas, organizaciones de la sociedad civil, y comunidades locales ha mostrado que, cuando se trabaja en alianza bajo un mismo enfoque y con el mismo compromiso, es posible detener el avance de un desastre que parece imparable en otros lugares y que ha superado todo tipo de capacidades.
Equipo de Ñembi Guasu y NATIVA en la atención de Emergencias
Lo que ocurre en Ñembi Guasu es más que una simple victoria en una constante batalla contra el fuego. Es un modelo de gestión y protección que ha dejado lecciones valiosas. Las áreas quemadas en los incendios de 2019 y 2021 aún permanecen como una de las únicas muestras de que una restauración pasiva es viable, la regeneración natural muestra las evidencias de un proceso que ha sido posible en gran medida por los esfuerzos en el control del territorio; pero tambien porque los fuegos de este año no alcanzaron a dañarlas nuevamente. La continuidad de estos esfuerzos es esencial para la restauración de estas tierras.
Este éxito no solo debe celebrarse, sino que debe replicarse. Las estrategias implementadas en Ñembi Guasu y el trabajo colaborativo, que conjugan con capacidad técnica, asesoramiento, experiencia local y voluntad política, son un faro de esperanza para otras regiones del país. En un momento en que los incendios forestales han destruido áreas valiosas en Bolivia, la experiencia de Ñembi Guasu, nos muestra que es posible prevenir y evitar desastres si se actúa en colaboración, más allá de los limites jurisdiccionales y con el mismo compromiso de protección de nuestro patrimonio natural.
La victoria de Ñembi Guasu y todo el bloque de conservacion, es un recordatorio de que es posible proteger nuestros ecosistemas y es una experiencia de gestión que debe ser replicada para evitar que las llamas siguen consumiendo lo que queda de nuestra biodiversidad. Este esfuerzo conjunto no solo ha salvaguardado un espacio natural de gran valor, sino que también demuestra cómo las lecciones aprendidas de experiencias negativas pasadas pueden contribuir a mejorar las acciones futuras.