En la comunidad de Laderas Norte en febrero del presente año, las cosas empezaron a cambiar a partir de un incidente negativo, como fue la triste y terrible muerte de 34 cóndores, víctimas de un potente veneno destinado a pumas que supuestamente matan al ganado y otros animales de los comunarios. Los cóndores, al detectar el animal muerto, aprovecharon para comer, sin saber que estaba envenenado, muriendo inmediatamente debido la toxicidad del veneno. Las pruebas de laboratorio confirmaron que se trata de un agrotóxico letal identificado como Carbonofurano.
Luego de la denuncia realizada por un comunario de Laderas, alguien publico la noticia en el Facebook y partir de ese momento, la noticia se viralizó a nivel departamental, nacional e internacional; habiéndose publicado el hecho en diversos medios de prensa. Antes del incidente, poco o nada se hablaba de Laderas norte, una comunidad rural poco visibilizada que forma parte del Valle Central ubicada a pocos kilómetros de la ciudad de Tarija.
Desde NATIVA, para conocer los antecedentes y recabar más información sobre la muerte de los cóndores, nos trasladamos al lugar, como muchas otras instituciones públicas y organizaciones, y nos enteramos, por ejemplo, que la comunidad de Laderas Norte, en la década de los 90, realizó una donación de 57 hectáreas para que el municipio de Tarija pueda crear un área para la protección del único relicto de bosque de quebracho blanco existente en el valle central de Tarija que, paradójicamente, es la zona donde fueron encontrados los 34 cóndores muertos.
También se pudo evidenciar en los recorridos realizados, que Laderas Norte es una comunidad muy cercana a la selva boliviano-tucumana, que es el ecosistema que protege a la Reserva Natural de Flora y Fauna Tariquía, y que esa cercanía es una ventaja y una amenaza al mismo tiempo, porque permite, por un lado, conocer un ecosistema valioso, cuyo principal valor de conservación son sus recursos hídricos, pero por otro lado, es también una fuente de valiosas especies maderables muy cotizadas en el mercado como el cedro, situación que ha puesto a esa especie en peligro de extinción por la falta de control adecuado para frenar su explotación; y es una problema que preocupa mucho a la comunidad.
Laderas Norte es una importante zona de anidación de cóndores con una belleza escénica y paisajística importante, donde se puede apreciar a estas aves volando por la montañas y serranías del Valle Central de Tarija y la selva boliviano-tucumana.
Es también una zona productora de hortalizas, verduras, frutillas, entre otros cultivos, donde los productores hacen grandes esfuerzos por mejorar su producción a pesar de las limitaciones que tienen por la falta de agua; lo cierto es que se sienten solos y abandonados por las autoridades, de quienes exigen más atención y apoyo para mejorar sus condiciones de vida y planificar el uso y protección de la zona donde viven.
En el contexto municipal, el 14 de enero de 2021 se puso en vigencia la Ley Nº 252 “Ley Marco de Áreas protegidas Municipales” y su reglamento fue aprobado el pasado mes de julio; esta normativa permite declarar e implementar la gestión de áreas protegidas municipales tanto en el municipio de Tarija como en la provincia de Cercado, mediante leyes municipales específicas.
La comunidad está motivada, quieren trabajar para mejorar sus condiciones de vida, manejar de buena manera sus recursos y proteger algunos de sus espacios, como la zona del quebracho blanco y los sitios de anidación de cóndores, también piensan que se podría promover el turismo y generar nuevas oportunidades con actividades productivas. Por su parte, las autoridades municipales y el Viceministerio De Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambios Climáticos Y De Gestión Y Desarrollo Forestal, a través de su Viceministro, expresaron su voluntad de apoyar a la comunidad.
Es decir, hay un ambiente propicio y condiciones favorables para que la comunidad de Laderas Norte, que tiene un potencial interesante, sea parte de un área protegida municipal, con una nueva visión en la que se pueda combinar la protección, el desarrollo productivo sostenible y el turismo de aventura, beneficiando a sus pobladores y su entorno.