Después de los catastróficos desastres ecológicos que causaron los incendios forestales en el oriente boliviano en los últimos años, pero sobre todo este 2024 donde gran parte del paisaje Chaco Pantanal fue afectado con la pérdida de invaluable riqueza de biodiversidad, se ha hablado de restaurar áreas que fueron devastadas por los incendios a tal punto que, por la intensidad de las llamas, perdieron gran parte de los micro organismos y nutrientes que luego de años de procesos ecológicos formaron el sustrato que alimenta la biota de los distintos tipos de ecosistemas que conforman este mosaico diverso del Gran Paisaje.
Muchas personas y activistas hablan de la recuperación de estos espacios mediante distintos métodos, pero se tiene pocos estudios que generen la información suficiente para que alguna metodología pueda ser efectiva en lo ecológico y económico, pero, esto nos lleva a hacernos la pregunta de ¿cuánto esfuerzo, tiempo y dinero se necesita para hacerlo?
Estamos en una época para actuar y, desde NATIVA, empezamos con una pequeña idea que pronto se materializó, por lo que se viene trabajando para consolidar y mantener la genética de las especies a sus distintos niveles; esto es vital para la conservación y restauración de espacios degradados por los incendios u otro tipo de causa. Es ahí donde nace el vivero Ñembi Misi, que alberga diversidad de plantines forestales, frutales, ornamentales y hortalizas, esto con el fin de ir analizando los distintos métodos de reproducción de especies clave para ayudar a recuperar, no solo áreas afectadas por los incendios, sino también áreas degradadas por las agricultura o ganadería entre otros; y también para ordenar las áreas verdes urbanas y el ornato público de las ciudades y pueblos que están dentro del Gran Paisaje, ya que también se precisa un manejo adecuado para embellecer una ciudad; y finalmente para educar a jóvenes y adultos en producir sus propios alimentos de una manera más natural y sin la presencia de químicos en su proceso de producción.
El vivero cuenta con una capacidad de 9 mil plantines el cual, desde un tiempo atrás, está siendo referente para apoyar en la reforestación de diversos lugares y pueblos dentro de los municipios del Gran Paisaje, así como también para estudiar los distintos métodos de reproducción de especies y ayudar en la restauración de áreas degradadas por los incendios. Todo este movimiento que se realiza en el vivero que involucra a técnicos, investigadores y guarda parques refleja la confianza que la gente, ciudadanos y científicos, tiene al acudir hacia nosotros buscando ayuda para mejorar sus conocimientos y buscando alternativas de recuperación de distintos espacios, encaminándose a un objetivo común: el de preservar nuestra inmensa riqueza natural manteniendo en equilibrio las actividades humanas con el entorno ecológico que las envuelve.