Bolivia en Llamas, más de cien días de lucha contra el fuego imparable

El año 2024 ha quedado marcado como un capítulo trágico en la historia ambiental de Bolivia. Los devastadores incendios forestales siguen arrasando bosques y pastizales, consumiendo millones de hectáreas y transformando ecosistemas en desiertos áridos. A su paso, han arrasado la fauna que solía habitar estas tierras. Las comunidades locales, despojadas de sus medios de subsistencia, enfrentan una dura realidad económica, mientras pequeños, medianos y grandes productores sufren pérdidas irreparables. Los pueblos indígenas son particularmente vulnerables, y la salud de la población se encuentra en riesgo debido a la alarmante contaminación del aire, que representa un peligro especialmente grave para nuestros niños y ancianos.

Este año ha revelado la cruda realidad de los efectos del cambio climático en Bolivia. Una sequía extrema afecta regiones vulnerables como el Chaco, la Chiquitanía y el Pantanal, dejando tras de sí un paisaje reseco y desolado. Los frágiles bosques de estas áreas han acumulado combustible, convirtiéndose en las zonas de mayor riesgo por donde el fuego ha pasado.

A esta situación se suma la irresponsabilidad en el manejo del fuego. La falta de conocimiento y las malas prácticas en ciertos sectores han desatado un ciclo de incendios devastadores. Desde junio, Bolivia ha sido testigo de llamas incontrolables que consumen vastas áreas de importancia ecológica en diferentes ecorregiones del país.

Al cierre de septiembre de 2024, los incendios han devastado más de 10,1 millones de hectáreas, superando todos los récords históricos de los últimos años. De esta cifra, 5,8 millones de hectáreas (un 58%) pertenecen a áreas boscosas, siendo los departamentos de Beni y Santa Cruz los más afectados (Fuente: Fundación Tierra).

Fuente: Fundación Tierra

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Santa Cruz, con más de 100 días de fuego, ha alcanzado una cifra alarmante: más de 7 millones de hectáreas han sido devoradas, afectando importantes áreas de conservación como el ANMI San Matías, el PN ANMI Otuquis y Bajo Paragua, donde la situación ha sobrepasado cualquier esfuerzo humano para lograr una contención efectiva.

Focos de calor en áreas protegidas de Bolivia

Los incendios han sumido al país en un denso manto gris de humo. Santa Cruz de la Sierra se ha destacado como la ciudad con la peor calidad del aire, alcanzando un índice alarmante de 283 en el ICA (Índice de Calidad del Aire), donde valores superiores a 300 se consideran «extremadamente dañinos». La situación es aún más crítica en las comunidades rurales cercanas a los incendios, donde los habitantes enfrentan un verdadero infierno de contaminación y riesgo para su salud.

Este año, los incendios forestales han superado todos los registros anteriores en cuanto a superficie afectada y cantidad de focos de calor. Un informe preliminar indica que los incendios han afectado principalmente zonas de bosques y áreas agrícolas, destruyendo vastas extensiones que tardarán décadas, si no siglos, en recuperarse. El 58% del área quemada corresponde a bosques, mientras que el 42% restante afecta pastizales, llanuras y sabanas (Fuente: Fundación Tierra).

A medida que el fuego avanza, impulsado por condiciones atmosféricas inestables, las comunidades locales se movilizan para proteger sus bienes y combatir el fuego en la primera línea. En esta difícil lucha, los bomberos comunitarios se han convertido en el pilar fundamental de la respuesta ante la emergencia. Sin embargo, la creciente magnitud de los incendios ha superado la capacidad de respuesta en muchas áreas. En medio de estos bosques consumidos, solo se escuchan súplicas y oraciones, esperando que la lluvia llegue como el verdadero héroe de esta batalla.

Estimando el promedio de focos de calor de los años 2019 a 2022 y comparándolo con el del presente año tenemos que en 2024 se registraron casi 5 veces el promedio de focos de calor que en anteriores años, como vemos en los gráficos de arriba.

En septiembre, el Gobierno de Bolivia indicó que aproximadamente 12,000 familias y 746 comunidades han sido afectadas por los incendios forestales, que aún están activos. Ante esta situación y con una reacción tardía, el 7 de septiembre se declaró una emergencia nacional para facilitar la cooperación internacional en la lucha contra estos incendios; equipos y brigadas de bomberos de diversos países llegaron para intensificar las acciones aéreas mediante la contratación de aviones cisternas y operaciones de bombardeo de nubes para provocar lluvias. El 11 de septiembre se emitió una «pausa ambiental indefinida», que prohíbe la emisión de nuevos permisos de quema y revoca los existentes. En Bolivia, los incendios, lejos de ser accidentales, son provocados con fines especulativos y agrícolas para preparar la tierra para cultivos. Finalmente, el 30 de septiembre, el Gobierno elevó el nivel de la crisis ambiental al declarar «desastre nacional», lo que permite a las instituciones públicas utilizar recursos de otras partidas sin la burocracia habitual y anticipar la llegada de ayuda.

Distribución de focos de calor en Municipios del Gran Paisaje Chaco Pantanal

Sin embargo,ante la devastadora situación, se destaca un esfuerzo significativo en la gestión de emergencias. Desde el municipio estratégico de Roboré, que protege diversas zonas de alto valor ecológico, la colaboración entre el gobierno municipal y las comunidades locales, organizaciones de la sociedad civil, bomberos voluntarios y guardaparques han sido fundamental. Gracias a las estrategias implementadas, se han podido controlar varios incidentes, evitando su propagación a otras áreas. El trabajo constante, tanto diurno como nocturno, ha permitido que la afectación sea significativamente menor de lo que podría haber sido.

La alerta temprana, a través de diversos medios de comunicación, ha sido fundamental para compartir información precisa y en tiempo real. En la región del Gran Paisaje Chaco-Pantanal, distintos actores de Bolivia y Paraguay están comunicando de manera inmediata la identificación de los focos de calor, lo que permite respaldar las acciones en el terreno y actuar de manera oportuna frente a la emergencia.

¿Hasta cuándo seguirán propagándose los incendios, con los recursos económicos, logísticos y humanos ya agotados? ¿Qué vendrá después? El desastre ambiental persistirá. Una vez que las llamas se apaguen, las fuentes de agua se contaminarán con el alto contenido de cenizas, la sequía se agravará y la salud humana se verá aún más comprometida. Las comunidades locales enfrentarán un sufrimiento por la inseguridad alimentaria, junto con otros problemas alarmantes.

La magnitud de la crisis ambiental en Bolivia no puede subestimarse. Mientras las llamas continúan consumiendo el territorio, es importante que tanto el gobierno como la sociedad civil unan esfuerzos para abordar no solo la emergencia inmediata, sino también las causas subyacentes que la alimentan.

Devastadora imagen de un hombre viendo como el fuego consume su casa en la comunidad de Nueva Generación en Riberalta – Beni. Fotografía: Elay Diario Digital Riberalteño

La restauración de los ecosistemas devastados requerirá tiempo, recursos y, sobre todo, un compromiso colectivo hacia un manejo sostenible del medio ambiente. La educación sobre prácticas agrícolas responsables y la prevención de incendios son fundamentales para evitar que esta tragedia se repita en el futuro.

El dolor de las comunidades afectadas es un recordatorio de que la lucha por un entorno saludable y equilibrado es también una lucha por la vida y el bienestar de cada uno de nosotros. En este momento crítico, Bolivia necesita solidaridad y acción, no solo para apagar el fuego, sino para construir un futuro más resiliente y sostenible. Solo así podremos enfrentar los desafíos del cambio climático y proteger el hogar que todos compartimos.

La pregunta persiste: ¿estamos dispuestos a aprender de esta crisis y a actuar en consecuencia?

Escrito por: Waldo Cossio

Mapas y gráficos: Matías López

[1] Recalcamos que desde el Ministerio de Medio Ambiente y Agua se emitió un comunicado declarando que la única información válida y oficial con respecto a los incendios es la emitida por el Centro Nacional de Monitoreo, compartimos el artículo por si es de su interés: https://www.abi.bo/index.php/noticias/politica/37-notas/noticias/sociedad/55895-aseguran-que-informacion-sobre-incendios-de-fundacion-tierra-no-es-valida-y-podria-tener-fines-politicos#:~:text=Santa%20Cruz%2C%2006%20de%20octubre,irresponsable%20y%20con%20fines%20pol%C3%ADticos