¿Cuál es la situación del Ñembi Guasu actualmente, a 2 años y medio del gran incendio de 2019?
José Ávila: Haciendo un análisis general de todo lo que ha acontecido, inclusive desde el mismo momento que logramos la creación del área, la ratificación de los límites del Ñembi Guasu que ha sido el 2019 y el 2020-2021 donde la pandemia nos hizo avanzar de forma un poco más pausada; hemos tenido pequeños avances, que han sido en gran parte, gracias al apoyo de la plataforma interinstitucional y fundamentalmente gracias al apoyo de la fundación NATIVA que es la institución que viene trabajando en diferentes actividades, como el tema de elaborar el plan de manejo del Ñembi Guasu y, de una u otra manera también, hacer el seguimiento de todas las actividades antrópicas, vale decir, asentamientos humanos, creación de comunidades de interculturales, etc., lo cual es un problema que hoy por hoy estamos teniendo con el gobierno central a través del INRA, situación que quizás nos ha generado una demanda institucional también producto de esto, demandando al INRA y la ABT ante el tribunal agroambiental por los impactos que está generando el accionar de estas instituciones en el Ñembi Guasu.
Producto de estos asentamientos y actividades antrópicas, también se viene generando el tema de los incendios forestales. El 2019, como ya es de conocimiento nacional e internacional, es el año que realmente ha sido catastrófico para Charagua y más aún para el Ñembi Guasu, sabiendo de que ha habido la mayor cantidad de bosque perdido por estos incendios; situación que ha suscitado también una preocupación institucional y que ha generado también -si bien se ha venido trabajando en el área de investigación científica a nivel del bosque, ecosistemas y el tema de la riqueza natural de la misma área protegida- que tengamos que ver la severidad del impacto de esta quema, que ha cambiado el rumbo priorizando lugares convertidos en un espacio desértico por el efecto de las quemas, básicamente.
Ya una vez que hemos pasado esta experiencia en el tema de incendios el 2019; el 2021 nuevamente entramos con otro gran incensio que, obviamente, si bien no ha arrasado con la misma cantidad de hectáreas en el Ñembi Guasu que el de 2019, sí ha estado muy próximo y la intensidad de quema ha vuelto a ser realmente preocupante, situación que también da para ir trabajando en lo que es el tema de qué hacemos en este tipo de afrentas que debemos tener contra el fuego: cómo encaramos, cómo resolvemos estos problemas sabiendo que Charagua cuenta con un territorio demasiado inmenso, es grande y logísticamente, operativamente, es casi imposible para la GAIOC estar con todo el personal en el lugar del evento. Sin embargo, producto de esta relación interinstitucional que tenemos a nivel de plataforma en NATIVA, se ha comenzado a trabajar capacitando bomberos forestales y, de la misma manera, en una forma de poder precautelar la seguridad de las comunidades en las 6 zonas donde se han llegado a capacitar bomberos forestales, esto también a través de NATURA.
¿Qué es lo que hemos logrado con esto? Si bien, obviamente, se ha capacitado jóvenes, hombres y mujeres que van a ir a enfrentar la situación cuando nuevamente tengamos estos eventos, realmente es necesario reforzar, buscar algo que les permita que sus conocimientos, sus destrezas a nivel de la atención del ataque del fuego sean mejores, sean quizás más estratégicas y, obviamente, con un equipamiento que les permita realmente bajar el nivel del incendio.
Entonces hemos ido avanzando en esos niveles, sin embargo, hoy por hoy también estamos viendo la agenda del cambio climático, ya que como GAIOC nosotros estamos interesadísimos en que siga avanzando y que se pueda incorporar inclusive en el plan de Gestión Territorial Comunitario (GTC) que es un instrumento de planificación y nos permita obviamente orientar nuestro accionar en los distintos niveles para salvaguardar nuestro territorio.
Entonces creemos que estamos paso a paso avanzando, y por otro lado también algo que es importante resaltar es que con NATIVA, por ejemplo, ya tenemos una presencia institucional en Roboré, que eso si o si hay que resaltarlo porque habíamos manifestado de que como GAIOC no podemos estar permanentemente, no contamos con personal suficiente, no tenemos las capacidades ni económicas ni logísticas para estar ahí permanentemente pero si podemos lograr, a través de estos convenios que tenemos a nivel interinstitucional, tener la representatividad en el área, en el lugar y en el accionar mismo de la protección como tal.
El año pasado, el fuego volvió a entrar al Ñembi Guasu, justamente por la cicatriz que dejó el incendio de 2019, ¿Cómo se abordó esa situación a diferencia del 2019? ¿Había más preparación?
J.A. Aquí creo yo que es importante el apoyo que vienen dando los diferentes socios y las diferentes instituciones que están apoyando indistintamente al Ñembi Guasu. Hemos evidenciado y verificado que esta segunda quema (la del 2021) está dejando los suelos desérticos y eso realmente es de gran preocupación porque no va a dar oportunidad inclusive a que la regeneración se dé nuevamente en este lugar, entonces habrá lugares en donde habrá que considerar, no sé si llamarlo revegetación, pero que nosotros podamos ayudar a que la vegetación en estos lugares nuevamente se pueda dar, sabiendo de que no queda nada y que va a ser muy complicado, pero para eso tenemos las investigaciones, las orientaciones científicas que nos van a ayudar a direccionar cuál va a ser el mejor paso o cual va a ser la acción correcta en estos lugares.
El 2019 hubo mayor apoyo de instituciones porque ha sido el boom y todo el mundo estaba preocupado por el tema de los incendios, pero ya prácticamente el 2021 ha sido más sectorializado, quizás ya más en este caso con la atención solo de NATIVA, el GAIOC y algunas instituciones del gobierno, pero de alguna u otra manera, las lecciones también se han ido aprendiendo, qué hacer y qué no hacer, cómo afrontar y cómo no afrontar; con las capacitaciones que se han tenido también se ha ido mejorando el ataque al fuego, en cómo disminuir o hacer que baje, en qué momento hay que entrar al combate o no sabiendo y conociendo ya la dinámica con el anterior ejemplo que hemos tenido el 2019. Ese proceso nos ayuda también a que año tras año seamos más conocedores del cómo se tiene que atender esta situación y prácticamente aquí el reto es que, con el monitoreo de focos de calor, contemos con el apoyo que existe porque eso nos ayuda a identificar desde un inicio los puntos donde realmente se están generando los focos de calor que al final se convierten en una bola de fuego imparable, que se va y arrasa con todo el monte, con todo el bosque.
Entonces creo que todas estas herramientas que estamos implementando nos ayudan a que realmente podamos identificar y parar el fuego cuando está iniciando. Un ejemplo de algo que ha pasado acá: con los focos de calor nosotros dijimos “ahí hay fuego, hay una alerta de un comunario, a ver qué hacemos”, entonces ya ponemos ahí los ojos en ese punto y vamos viendo las dinámicas sobre cómo se está moviendo e ir a ese lugar con los equipos necesarios a hacer las verificaciones y apagar el fuego. Aquí algo sí muy importante es que los comunarios de Charagua Norte que se han capacitado se han ido también con su Capitana a apagar el incendio, entonces ya hay una nueva forma de ver el fuego en este tipo de impactos. Y eso se viene dando, por ejemplo, en Roboré; los capacitados de Paquió que están a la orden del día y saben cómo encarar estas actividades, entonces creo que es un aprendizaje que debemos complementar también con equipamiento y logística, básicamente es eso, porque que es lo que hace que podemos llegar a donde debemos llegar.
¿Qué deberíamos hacer para mejorar la acción en el territorio? Si tuviera que puntualizar 3 acciones importantes para mejorar todo el centro de operaciones para la atención de estas emergencias, ¿cuáles serían?
J.A. Primeramente, replicar la capacitación que se hizo con los bomberos de Paquió, tener 2 o 3 grupos alertas, que me parece muy productivo, porque ya no estamos hablando con personas que recién están queriendo entrar, sino con personas conocedoras de a dónde van a ir, porque no necesitamos más gente, necesitamos gente que nos diga cómo lo hacemos y en qué momento. No es meterse por meterse, no queremos perder más equipos o inclusive vidas humanas.
Por otro lado, fortalecer la logísitca, que en cierto momento es el motor que nos mueve a todo el equipo en sí.
Y lo otro es mejorar el tema del relacionamiento interinstitucional para que no tengamos el problema de que somos de una región distinta. Yo siempre voy a poner ese tema en todos los lugares porque a mí me ha costado tratar de sacar apoyo a Charagua, sabiendo que se les está entregando de todo a Roboré a San José y a Charagua nada, ¿por qué? Porque no somos de la regional chiquitana, sino Cordillera y corresponde a Camiri. Prácticamente nos han dicho “váyanse allá y allá les van a dar”, entonces por la distancia, por la logística, es complicado, por eso es mi preocupación el resolver ese tema interinstitucional. Entonces esos temas hay que resolverlos, y eso debe quedar claro para todas las autoridades, que este tema es conjunto porque para el fuego no hay límites y lamentablemente si Roboré se descuida, nos afecta a nosotros, si nosotros nos descuidamos, les cae también a ellos, entonces prácticamente es una tarea conjunta y a eso hay que apuntar.
Y a nivel bi-nacional con Paraguay o trinacional con Brasil también, ¿qué cree que podríamos incorporar en agenda para trabajar con ellos?
J.A. Yo creo que hay que hacer un plan de manejo del fuego integral y, como dicen, binacional, que nos va a permitir mirarlo desde todo punto de vista, porque insisto, para el fuego no hay límites ni departamentales, ni municipales ni internacionales. Paraguay se queja de nosotros porque le afecta los incendios que se originan aquí y otras veces vienen de Paraguay a Bolivia e igual nos llega, y es lo mismo del lado brasilero, entonces creemos que debemos ir trabajando en políticas públicas que nos permitan integrar el accionar nuestro, y ahora habrá que ver a nivel internacional cómo podemos nosotros abordar este tema, pero es un objetivo que los 3 países tratamos de resolver, tener respuestas oportunas de acuerdo a los estudios que se hagan y se pueda manejar estos eventos.
Ahora hablando del monitoreo de fuegos que se realiza desde el 2020, ¿cómo crees que se ha dado esta coordinación binacional a través de las distintas redes, tanto para Charagua como para todo el Paisaje de Conservación?
J.A. Creo que son instrumentos que nos permiten identificar con rapidez el movimiento de estos inicios de fuego. Por un lado, el monitoreo nos ayuda a identificar en tiempo qué lugares son los que mantienen permanentemente el fuego, que eso, si pasa 2 o 3 días implica preocupación, porque eso significa que ese fuego se puede propagar, prolongar y demás. Ahora también por la cantidad de focos de calor que se identifican en un lugar, podemos decir si el incendio es intenso, si es grande, y en ese caso, es algo que nos tiene que mover, nos tiene que preocupar, y de ahí que nos ayuda por lo menos a identificar y más que todo a comunicar e informar a las autoridades dónde se están dando estos hechos. Y cuando uno ya está en el evento, el tema de monitoreo es crucial, porque es lo que nos direcciona, nos lleva a los lugares correctos, porque además se ve la dinámica del fuego en esto del monitoreo satelital. Entonces básicamente creemos que son los ojos para aquella gente que está en tierra y, obviamente, también nos permite ver y mostrar la intensidad de ese foco de calor y de ese incendio forestal.
¿Qué deberíamos mejorar en todo ese tema de monitoreo de focos de calor?
J.A. Yo creo que aquí falta el tema de capacitar a la gente, ¿en qué sentido?: es que mucha gente no entiende lo de los focos de calor, la explicación es más a nivel técnico, pero debemos lograr hacer llegar a la gente con un lenguaje adecuado que nos permita hacer conocer lo que está sucediendo, entonces ya cuando la gente identifica, ve, sabe, se entera de cómo es el monitoreo y cómo nosotros identificamos dónde están los fuegos, ahí recién despierta su interés y en ese entorno es que empieza a apoyar. Pero muchos desconocen, muchos no saben, y no es tanto porque no puedan aprender, sino que falta que se les llegue a informar y capacitar de esta nueva forma de monitoreo que se hace.