La miel, milenaria en la alimentación.
El mundo de las abejas es amplio, como los 60 millones de años que habitan en el planeta; y su miel está definida como la “sustancia dulce natural producida por abejas Apis mellifera a partir del néctar de las plantas que las abejas recogen, transforman y combinan con sustancias específicas propias, y depositan, deshidratan, almacenan y dejan en el panal para que madure y añeje” [1].
Nuestra “Miel Pilcomayo”, apoyada por la cooperación de la Unión Europea, es producida en la Llanura del Bosque Chaqueño, donde no existe actividad agrícola, lo que permite considerarla, una miel ecológica.
Existen mieles con diferentes colores y aromas, mismos que son característicos de cada floración por regiones, algunas cristalizan (azucaran) en menor tiempo que otras; la “cristalización” es un proceso normal que nos garantiza la autenticidad del producto y se debe consumir (en lo posible) sin calentarla.
La siguiente gráfica nos ilustra la composición media de la miel de abejas, los beneficios a nivel nutricional y como nos ayuda, con un consumo regular, a mejorar nuestra salud.
Es ENERGÉTICA, ya que luego de 15 minutos, la glucosa está en el torrente sanguíneo y brinda energía al cerebro y otros órganos.
La sinergia entre Vitaminas, Minerales, Aminoácidos y Enzimas, complementan la función celular, y son muy importantes en todas las células del organismo.
Los FLAVONOIDES son moléculas con actividad antioxidante que actúan sobre los radicales libres, evitando el envejecimiento de celular.
El consumo frecuente de miel, con aproximadamente 181 sustancias, modula y refuerza el ciclo celular, incluidas las células de defensa, que son parte del Sistema Inmunológico.
Debemos reconocer que nos encontramos en otoño y vísperas de invierno, época de bajas temperaturas y diseminación de afecciones respiratorias, sin mencionar el grave problema que atravesamos con la Pandemia del Covid-19.
En este sentido debemos mejorar nuestra nutrición con productos naturales de manera habitual, dejando la concepción de consumir miel como remedio para los resfríos, sino más bien como comestible nutritivo en la mesa familiar.
El “Laboratorio de Calidad de Miel” de la Univ. Nacional de Formosa (Argentina), a través de la experta apícola Andrea Aignasse, nos proporcionó resultados de muestras de la miel “Pilcomayo”, cosechada de Cutaiqui – Villa Montes, donde destacan los granos de polen que pertenecen al Mistol (Ziziphus mistol) y al Algarrobo (Prosopis sp.), con 17% de humedad, demostrando una excelente calidad del producto [3].
Por último, destacamos que las abejas complementan su nutrición con el polen de las flores, fuente proteica más completa por contener casi todos los aminoácidos esenciales para nuestro organismo, asimismo el propóleo (resina) puede contener más de un 10% de flavonoides y fenoles optimizando el funcionamiento del sistema inmunológico.
Bibliografía.
[1] FAO. 1981 (Enmendada en 2019). Norma para la Miel. “Codex Alimentarius”. Recuperado: 28/03/2020. http://www.fao.org/fao-who-codexalimentarius/sh-proxy/es/?lnk=1&url=https%253A%252F%252Fworkspace.fao.org%252Fsites%252Fcodex%252FStandards%252FCXS%2B12-1981%252FCXS_012s.pdf
[2] APICULTURA CHACO. 2008. Apicultura del Chaco – Composición media de la miel. http://apiculturachaco.blogspot.com/2008/10/caracteristicas-de-la-miel.html
[3] UNIV. NACIONAL DE FORMOSA (Argentina). 2019. Laboratorio de Calidad de Miel. Informe 72/18: Polínico, físico-químico y sensorial.