Hablar de incendios forestales en esta época, se ha convertido en un tema común, esto es porque eventos de este tipo se han estado repitiendo todos los años, desde la década de los 80´s se han registrado grandes incendios, y estos van aumentan en intensidad y son cada vez más destructivos y agresivos; el conjunto del cambio climático y las prácticas de tala y quema, son el principal combustible para que estos eventos sean cada vez más frecuentes. Uno de los eventos más recientes fue el del año 2019, que marcó un quiebre tanto por la intensidad como por la atención de los incendios forestales; después de 4 años, es importante recalcar que se han mejorado las capacidades técnicas y logísticas para el combate de estos eventos, se tiene personal capacitado en la planificación y operaciones de combate y también se puede ver que el trabajo coordinado entre las instituciones públicas y privadas, junto con la sociedad civil, ayuda de gran manera en la parte logística. Todavía nos falta mucho por mejorar, pero se está avanzando, dotando de centros de alerta temprana y capacitaciones avanzadas y básicas sobre el combate a incendios forestales.
Haciendo scouting para las operaciones de combate
En agosto de este año comenzaron las emergencias. En la zona sur de Roboré, en Ñembi Guasu, ocurre el primer incendio por una actividad de tumba y quema (Chaqueo) en el asentamiento Urkupiña, sin embargo, ya estábamos en alerta amarilla desde el mes de junio; los eventos directos de trabajo se sucedieron por más de 60 días, donde se atendieron más de 20 eventos, con unas 450 personas aproximadamente. El inicio de la alerta amarilla fue el 4 de julio, pasando a alerta roja el 7 de septiembre hasta el 1 de diciembre, cuando finalmente se emitió la alerta verde desde el gobierno departamental de Santa Cruz, fueron días muy duros para los guardaparques de Ñembi Guasu.
El fuego tocando la puerta del Ñembi Guasu
Terminando el trabajo antes del amanecer
Algo muy bueno fue que el centro de operaciones del Gran Paisaje: “Ñembi Misi”, estuvo terminado justo a tiempo, y se convirtió en el centro de comando para todos los incidentes al sur de Roboré y en Ñembi Guasu, donde se organizaban, planificaban y se desplegaban las operaciones para atender estos eventos; en un momento dado, se contaba con más de 150 personas trabajando en el centro.
Si bien no existieron eventos de gran magnitud, si hubieron muchos eventos de menor escala, y el cuerpo de protección de “Ñembi Guasu” atendió a estos eventos de manera oportuna y sin descanso. En un momento se contaba con 4 eventos simultáneos en la zona, siendo el principal objetivo que el fuego no se descontrole e ingrese a Ñembi Guasu, ya que, por las condiciones atmosféricas, había el riesgo de que el incendio se torne en un evento de sexta generación, y que llegue hasta el Paraguay.
Fuego comenzando dentro del bosque
Preparación para operaciones diurnas
Es evidente que se ha mejorado la atención de estos eventos, sin embargo, también reflejan cómo serán los próximos años con temas de incendios, es importante poder mejorar la logística, los sistemas de alerta temprana y, lo más importante, empezar a trabajar en la prevención de incendios. Según las predicciones de las condiciones climáticas, esto se intensificará en los próximos años.
Un descanso antes de continuar
A continuación, compartimos unos relatos de cómo se vivió la situación en la temporada de incendios por parte de personas que estuvieron trabajando en la zona:
Folker Taceo Frías, jefe de protección Ñembi Guasu
Así como avanzan los días calurosos con un ambiente contaminado por la intensa humareda, así también ya es notorio el desgaste físico de cada combatiente del fuego. A los equipos, herramientas y vehículos no se les ha dado el mantenimiento adecuado porque día a día y alejados de la familia, soportan las altas temperaturas con el único propósito de controlar y liquidar los incendios forestales y devolver a la humanidad un ambiente puro y saludable.
Alejandro Arambiza Segundo, Director Ñembi Guasu
No pensaba que este trabajo era sacrificado de atender incendios, pero ni modo, ajustar cinturón y meterle fuerte al trabajo, sabemos que entre estos montes hay muchos animales del monte (fauna) y muchos refugios en árboles (flora), que harán estos animales cuando no tenga casa, o cuando se quema, por eso debemos siempre cuidar entre todos la naturaleza, concientizar, el bosque nos da oxígeno, ¡¡por eso tú y yo cuidemos!! ¿Sin árboles, sin faunas que haríamos? Cansado, rendido, agotado, cojo defendamos, es tarea de nosotros de cuidar.
Rose Mary Braner Weber, técnico de apoyo
Mi experiencia en los incendios 2023
Si bien no fue como bombero de primera línea combatiendo directamente frente a frente con contra el fuego, fue como personal de apoyo en compras y finanzas, alistando el material que necesitaban los bomberos, desde compra de insumos para la cocina, pilas y asegurar que el líquido elemento, el agua, no faltara en el campamento.
Lo más cerca que llegue a los incendios era cuando se llevaba alimento, agua a la zona afectada donde quedaban los vehículos en zona segura, resguardados para no ser alcanzados por las llamas.
Una noche ha quedado en mi memoria, con gran pesar digo lo maravilloso que fue ver como actuaba el fuego, era la una de la mañana aproximadamente se podría decir una de esas noches tranquilas donde solo se podía apreciar una leve briza caliente en la cara y a una pequeña distancia destellos brillantes que se levantaban con las ráfagas de viento, “qué espectáculo maravilloso” las chispas salían disparadas como fuegos artificiales de las brasas de los troncos que aún estaban ardiendo, dando vueltas como piruletas en el aire, algunas desaparecían y otras lograban caer más lejos ocasionando nuevamente otro fuego. En mi mente solo estaba los bomberos, mis amigos, compañeros de trabajo ya están cansados, cuando acabará esto. Fueron varias semanas, el desgaste físico en los bomberos era notorio, medio dormían y comían, tener que retornar a la batalla donde el enemigo no perdona y arrasa con todo a su paso. Solo quedaba esperar el milagro esperanzador de una lluvia que terminara de una vez con todo el fuego.