Los riesgos que enfrenta la vitivinicultura de altura son varios, los mismos que se acentuaron a partir del Cambio Climático (CC).
Marcada incidencia de granizo, independientemente donde esté ubicado el predio dentro del Valle Central de Tarija – Bolivia.
Elevados niveles de radiación solar que incluye radiación lumínica, térmica, radiación UV, etc.
Falta de agua para irrigar el cultivo, entre otros riesgos.
Hace unos 15 años, con el financiamiento del gobierno de los Países Bajos, a través del Programa de Apoyo a la Cadena Uvas, Vinos y Singanis de la Fundación Fautapo, logramos construir un Mapa de Riesgo de Incidencia de Granizo, e identificamos tres niveles de incidencia: a) Elevada incidencia, zona de Chocloca y comunidades en zonas aledañas, b) Incidencia Intermedia, Valle de la Concepción, y c) Baja Incidencia, la zona de Colón, Calamuchita, donde prácticamente el granizo tenía incidencia cero. Hoy en día, con el mencionado CC, en las comunidades de Colón (Sud y Norte) y Calamuchita, se han registrado hasta dos granizadas por año, ante lo mencionado, al productor no le queda más alternativa que colocar malla antigranizo.
La incidencia de la radicación solar es otro acontecimiento que hay que mitigar, por que causa varios efectos: radiación lumínica (sobreestimulación de yemas); térmica (golpes de sol en bayas, causando quemaduras y rajado del grano); y la radiación UV que causa un deterioro de los polifenoles (compuestos aromáticos como piracinas y otros que afectan la calidad de nuestros vinos).
Ante la falta de agua, el productor está condicionado a almacenar la misma, en reservorios cada vez más amplios, y aprovechar de la calidad de nuestras arcillas para impermeabilizar los mismos y así evitar la inversión en geomembrana.
Para paliar y reducir los efectos negativos presentes ya en nuestros valle, no queda más alternativas que el diseño de un nuevo Sistema de Conducción que permita reducir tales efectos en la fruta, la protección del cultivo con malla antigranizo y reservar agua para evitar estrés hídrico en el cultivo.
Producto de años de prueba y error realizados en FINCA FLORENCIA, en la comunidad de Sunchu Huayco, trasladamos esta experiencia a un nuevo proyecto desarrollado a partir de 2019 en la comunidad de Barrientos, colindante con la comunidad Huayrihuana.
El proyecto está orientado a la producción de uva de vinificación con fines de provisión de materia prima para bodegas, y el mismo se llama FINCA HUAYRIHUANA, que es propiedad de la EMPRESA AGRICOLA HUAYRIHUANA S.A.
En este emprendimiento, hemos modificado un Parrón Tradicional de la variedad SYRAH, que tenía con un sistema de conducción en cruz – con cuatro brazos-, para llevarlo a un parrón de conducción bilateral, en la que los racimos quedan completamente protegidos debajo del follaje, con lo que se evita el golpe de sol en las bayas producto de la protección natural de las mismas hojas y, además, se ha colocado malla antigranizo, utilizando la mitad de un requerimiento normal o tradicional, que equivale a un solo paño de malla sobre el centro del viñedo. No es lo ideal, y lo entendemos, pero no deja de ser una alternativa para mitigar el posible daño causado por granizo a la mitad del costo.
Aprovechando el diferencial de altura, hemos logrado establecer un sistema de riego por goteo a gravedad, sin uso de bomba, que viene de un sistema de represas interconectadas entre sí, las mismas que se construyeron utilizando arcilla de la misma finca, logrando una impermeabilización completa.
En nuestro proyecto estamos buscando de manera permanente alternativas innovadoras para reducir el efecto del Cambio Climático, y mejor aún, si estas son de bajo costo o menor al costo tradicional, con el objetivo de compartir nuestras experiencias con otros productores. Debemos ser capaces de identificar estas alternativas, para no comprometer la calidad de nuestra materia prima (uva de mesa y de vinificación), ni del producto final (vinos, singanis y derivados), y hacer de nuestro emprendimiento algo sostenible en el tiempo.