En los últimos años, hemos sido testigos de una agudización sin precedentes de uno de los desafíos más apremiantes de nuestro tiempo: el cambio climático. Este fenómeno, impulsado principalmente por la actividad humana, ha causado estragos en nuestro planeta, desencadenando eventos climáticos extremos, el deshielo acelerado de glaciares y un aumento preocupante del nivel del mar; en Europa y otros países, los últimos días se han alcanzado temperaturas récord durante el mes de julio en diferentes regiones del mundo, como los 53,3 grados centígrados en el Valle de la Muerte en Estados Unidos, la temperatura máxima histórica de 52,2 grados centígrados en China y las altas temperaturas cercanas al récord europeo de 48,8 grados centígrados en partes de España e Italia, estos son ejemplos de los efectos devastadores del cambio climático.
La profesora Friederike Otto, del Instituto Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente en el Imperial College de Londres, enfatiza que el papel del cambio climático en estas olas de calor es «absolutamente abrumador». El equipo de WWA (World Weather Attribution) en un artículo, comparó datos meteorológicos y modelos informáticos para demostrar que el calentamiento global causado por la quema de combustibles fósiles ha hecho que este tipo de olas de calor sean más frecuentes y extremas y concluyen que en el clima actual, las olas de calor extremas como las observadas en julio se esperan con una frecuencia mucho mayor de lo que solían ser antes de la era preindustrial. Por ejemplo, las olas de calor extremas en EE.UU. y México se esperan cada 15 años, mientras que en el sur de Europa se prevén cada 10 años, y en China, cada 5 años.[1]
Ante la magnitud de esta emergencia, la comunidad científica, activistas y organizaciones ambientales han unido fuerzas para llevar a cabo una campaña de concienciación y transformación en el lenguaje utilizado, pasando del término «cambio climático» a «crisis climática».
La denominación de «cambio climático» ha sido usada durante décadas para describir los cambios en los patrones climáticos a lo largo del tiempo. Sin embargo, muchos consideran que esta expresión no refleja la verdadera magnitud del problema y puede sugerir un fenómeno natural más que una crisis generada por la actividad humana. La transición hacia el término «crisis climática» busca transmitir la urgencia y la necesidad de actuar con determinación ante este desafío global.
Desde NATIVA, hemos trabajado en reconocer y abordar la crisis climática desde hace varios años atrás, enfocando los esfuerzos en diseñar y ejecutar Planes De Adaptación Al Cambio Climático, comprendiendo la relevancia y la trascendencia que este tema tendría en el futuro.
Los Planes De Adaptación Al Cambio Climático de NATIVA se basan en una combinación de investigación científica y una metodología patentada por la organización llamada SICCLIMA, que se destaca por su enfoque holístico y participativo, que involucrar a todas las partes interesadas teniendo en cuenta las condiciones locales específicas, para así garantizar que los planes de adaptación sean efectivos y sostenibles en el largo plazo para enfrentar los desafíos que plantea el cambio climático y la promoción de políticas públicas efectivas. Reconociendo que los impactos del cambio climático no afectan a todos por igual, NATIVA ha trabajado estrechamente con comunidades vulnerables para fortalecer su resiliencia ante desastres naturales y para fomentar prácticas sostenibles que reduzcan su vulnerabilidad a los efectos climáticos adversos.
Además, desde NATIVA hemos sido firmes defensores de la educación ambiental y la sensibilización pública sobre la crisis climática, porque creemos que es vital que más personas comprendan la gravedad de la situación y se comprometan con la acción climática.
La necesidad de abordar la crisis climática se ha vuelto cada vez más urgente a medida que hemos sido testigos de eventos climáticos extremos y cambios ambientales acelerados. Sequías, incendios forestales, inundaciones y tormentas cada vez más intensas son solo algunos ejemplos de los impactos que estamos experimentando debido al cambio climático. La ciencia es clara: si no tomamos medidas significativas y rápidas, los efectos podrían ser devastadores para la vida en la Tierra tal como la conocemos.
Sin embargo, enfrentar la crisis climática no es una tarea exclusiva de una organización o un grupo de personas. Es un reto que debe involucrar a toda la sociedad, a los gobiernos, a las empresas y a cada individuo. Todos tenemos la responsabilidad de tomar acciones concretas para reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, promover energías limpias y proteger nuestros ecosistemas.
El cambio de denominativo de «cambio climático» a «crisis climática» es más que un cambio de palabras; es un llamado a la acción, una invitación a enfrentar la realidad de que estamos en una situación crítica y que el tiempo para actuar es ahora. NATIVA, como organización comprometida con la protección del medio ambiente, ha demostrado que trabajar en la adaptación al cambio climático y la promoción de prácticas sostenibles es fundamental para construir un futuro más resiliente y sostenible. Pero el desafío es colectivo, y solo a través de la colaboración y el compromiso de todos podremos enfrentar con éxito esta crisis climática y proteger el hogar que compartimos: nuestro planeta Tierra.
[1] https://cnnespanol.cnn.com/2023/07/25/olas-de-calor-eeuu-europa-practicamente-imposibles-sin-cambio-climatico-trax/