En los últimos años, Bolivia ha escalado de manera alarmante en el ranking de los países con más índice de deforestación en América latina, actualmente se encuentra entre los países con mayor deforestación de los bosques pertenecientes a tierras bajas, como la ecorregión del Chaco, Chiquitanía, Pantanal y Amazonía.
Bolivia perdió más de 6 millones de hectáreas de cobertura arbórea en un periodo de 20 años a causa del cambio de uso de suelo para actividades productivas, deforestación a gran escala y los incendios forestales que en su mayoría son de origen antrópico y han generado catástrofes ambientales traducidos en desequilibrios eco sistémicos con impactos sobre la biodiversidad, pueblos indígenas, fuentes de agua, desertificación de suelos entre otros.
Según datos proporcionados por FAN a través de SATRIFO, los incendios de mayores impactos se han suscitado en 1987, 1994, 2000, 2004, 2010, 2016 y 2019, siendo estos causados por el uso incontrolado del fuego con fines de expansión agrícola, pecuaria y justificación del uso de la tierra (FES) por parte de colonizadores; así mismo se incrementa el riesgo por una mayor intensidad en los efectos locales del cambio climático como las sequías y heladas.
Los incendios forestales no tienen barreras ni fronteras y arrasan entidades territoriales municipales y zonas transfronterizas, como lo que ocurre en zonas limítrofes del ACIE Ñembi Guasu, PN ANMI Otuquis y ANMI San Matías del lado boliviano; y Chovoreca, Defensores del Chaco y Tres Gigantes en el lado paraguayo, afectando grandes extensiones de Bosque, dejando espacios en condiciones desérticas, incrementando la emisión de CO2 a la atmósfera y generando una afectación socioeconómica irreversible en comunidades vulnerables, además de agravar los efectos locales del cambio climático.
Así también, los incendios forestales han dejado al desnudo las capacidades mínimas institucionales en los gobiernos locales, departamentales e instancias nacionales, tanto técnicas como financieras, para la gestión de riesgos y atención de incendios. Aquí han sumado importancia las organizaciones de la sociedad civil, quienes han aunado esfuerzos para apoyar en el manejo integral de los incendios forestales que, pese a los esfuerzos y trabajo conjunto con el sector público, continúan siendo un gran problema y amenaza latente en distintas ecorregiones.
Ante esta situación, es necesario continuar con el proceso de instaurar capacidades a nivel local, departamental, nacional e internacional para el manejo integral del fuego; en este sentido NATIVA en el marco del proyecto “Manejo Integral del Fuego y Monitoreo de Biodiversidad”, apoyado por la Embajada de Suecia, pretende dar continuidad al trabajo de asesoramiento y fortalecimiento de capacidades técnicas y de gestión en gobiernos locales, áreas protegidas, comunidades locales, formación de bomberos voluntarios para la prevención, monitoreo, control y combate de fuegos; y de igual manera trabajar en una escala transfronteriza a través del Gran Paisaje de Conservación Chaco – Pantanal.
Es así que NATIVA, en conjunto con instituciones aliadas de Bolivia como FAN, FAO y la Gobernación de Santa Cruz; y aliados de Paraguay como WWF Py y Guyra Py, buscan de manera conjunta realizar un Evento Binacional denominado “INTERCAMBIO DE EXPERIENCIAS Y CAPACITACION PARA LA PREVENCIÓN, MONITOREO Y CONTROL DE INCENDIOS FORESTALES EN EL GRAN PAISAJE DE CONSERVACIÓN CHACO – PANTANAL”, con la finalidad de generar un espacio de diálogo y análisis entre actores públicos y privados a nivel transfronterizo, que permita realizar una evaluación de capacidades de gestión de riesgos y atención de desastres, identificar necesidades de fortalecimiento y establecer una agenda de acciones preventivas y de atención conjunta a los incendios forestales como una amenaza recurrente en la región.