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El río Pilcomayo ha crecido de forma alarmante, afectando a comunidades indígenas y productoras en el Chaco. Más allá de la emergencia, esta situación refleja desafíos climáticos y la necesidad de fortalecer la prevención.

Los recientes cambios en el SERNAP generan incertidumbre sobre el futuro de las áreas protegidas en Bolivia. En un contexto donde las instituciones enfrentan grandes retos, es clave reflexionar sobre el rol de todos los actores en la conservación y la necesidad de fortalecer el compromiso con nuestro patrimonio natural.

El documental "Tata Guasu" es un testimonio de lucha y esperanza en el Gran Paisaje Chaco-Pantanal. A través de imágenes impactantes y voces en primera persona, revela la crisis de los incendios forestales y la valentía de quienes protegen el territorio. Su estreno en La Paz marcó el inicio de un recorrido que busca generar conciencia y acción.

El turismo en el Chaco no solo revela paisajes indómitos, sino que también impulsa la economía local y fortalece la identidad cultural. A través de la plataforma digital Gota del Chaco, comunidades, emprendedores y viajeros se conectan para promover un turismo ecológico y biocultural, basado en el respeto y la sostenibilidad.

En la 1ra. Jornada Apícola Criolla, apicultores del Chaco tarijeño analizaron el impacto del clima y la floración en la producción de miel. Tras años marcados por sequías, las lluvias tempranas de 2024 abrieron nuevas expectativas, aunque también desafíos como la aparición del pilpinto. Con registros y debates, se fortaleció el aprendizaje colectivo, clave para enfrentar la variabilidad climática y mejorar la producción apícola.

Un río de vida y desafíos: El Pilcomayo ha sido testigo de exploraciones, asombro y luchas por la supervivencia. Fuente de alimento, identidad y sustento para sus habitantes, hoy enfrenta amenazas que ponen en riesgo su equilibrio. Protegerlo es preservar el futuro del Gran Chaco y de quienes dependen de sus aguas.

Napichán, un refugio de biodiversidad en el corazón del Chaco boliviano, revela su riqueza natural a través de un monitoreo pionero. Con más de 10,000 hectáreas de bosques y serranías, esta reserva se consolida como un modelo de conservación e innovación, donde la ciencia y el conocimiento ancestral se unen para asegurar un futuro sostenible. El relevamiento de fauna, que documentó la presencia de especies clave como pumas, ocelotes y osos hormigueros, refuerza la importancia de continuar investigando y protegiendo este ecosistema único.